A mí, que me crecen tus ojeras y me pesan las de ambos.
Cárgame tus prisas lentamente por si a la vida se le antoja no parar.
En mi sombrero aún hay hueco para dos entre ideas perdidas
y yo siempre amanezco sin sábanas por mis sueños desarropados.
A mí, que me falla la razón por perderme en enredos
y tú que te enredas en razones que no quiero,
que no quieres,
que no queremos.
No me busques más excusas si no están en tus zapatos
y baila el viento si se vuelve en nuestra contra.
Pisa fuerte.
Mira adentro.
Quema el mundo si me pierdo.
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